martes, 26 de abril de 2011

Desayuno de domingo

Ayer en Nocivo Domingo, se hablaba de desayunos deliciosos, lo que me hizo recordar mis desayunos favoritos (y de los domingos, para más inri) durante mi infancia.


Mi hermana y yo teníamos la suerte de dormir muchos sábados en casa de mis abuelos maternos, imagino que mientras nuestros padres aprovechaban y se divertían un poco, y el domingo por la mañana ya había un ritual establecido.


Cuando nos levantábamos, mi abuelo se ponía a cortar en trozos minúsculos el chocolate del “duro” de La Herminia, que de aquella sí que era duro de verdad. Mientras tanto nosotras nos asomábamos como ratoncillos y robábamos migajas de chocolate.


A su vez, mi abuela había bajado a una churrería cercana a comprar los consabidos churros, y a su vuelta nos preparaba un zumo de naranja COLADO, porque a maniáticas no nos ganaba nadie, ¡desde luego!


Total, que con aquel subidón de azúcar, ya teníamos las dos energías de sobras para dar la lata durante todo el día.

Buscando imágenes para este post, he descubierto que los japoneses también conocen los churros, o al menos su versión (kawaii por supuesto), e incluso parece ser que en muchos casos no saben que se trata de un invento español.


Para ponerle remedio, la chocolatería San Ginés, clásica madrileña, ha abierto una chocolatería en Tokio, según dicen además con mucho éxito.



1 comentario:

el hilo rosa dijo...

mmm! es verdad! nos acabo de ver como ratoncitos a la pesca de trozitos de chocolate.. q tiempos aquellos! (^__^)