El Sol es una estrella mediana, y aún así más brillante que el 85% de las estrellas de nuestra galaxia, es nuestra estrella, y representa por sí solo el 98.6% de la masa del Sistema Solar. La energía que irradia es aprovechada en la Tierra por los seres fotosintéticos, y por eso se dice que es la base de la vida en nuestro planeta.
El Sol tiene ya casi 5000 millones de años de vida, y le quedan otros 5000 millones por delante. Se formó del polvo de otras estrellas más antiguas, y cuando pase ese período se transformará en una gigante roja (consumiendo el hidrógeno del núcleo, lo que aumentará su tamaño y enfriará su superficie, tornándose de color rojizo. Cuando la temperatura no pueda disminuir más, la estrella empezará a aumentar su luminosidad y volumen, en el caso del Sol se cree que cuando aumente así devorará Mercurio, y posiblemente también Venus y la Tierra). Después el Sol terminará expulsando gran parte de su masa, que se transformará en una nebulosa planetaria, y quedará sólo su núcleo, convirtiéndose en una enana blanca, y mucho más tarde, cuando el núcleo termine de enfriarse pasará a ser una enana negra.
A día de hoy el Sol sigue resultando fascinante; a pesar de que la ciencia ha logrado explicar cómo es, cómo funciona, que le pasó, que le pasará, a nosotros (o por lo menos a mí) nos sigue pareciendo que tiene algo mágico, por algo orbitamos a su alrededor incesantemente.
En el pasado, cuando aún no sabíamos todas estas cosas, en muchas culturas el Sol era considerado un Dios.
Para los egipcios el culto al Sol se mantuvo durante siglos, y se asocia su poder con varios de sus dioses, entre ellos Horus.
Horus fue representado como un halcón o un hombre con cabeza de halcón, con la corona Doble corona. También, como un disco solar con alas de halcón desplegadas .
Utilizando su magia, Isis pudo concebir un hijo del resucitado Osiris: a Horus. Al poco tiempo de nacer, Horus, hijo de Osiris, fue escondido por su madre Isis, quien lo dejó al cuidado de Thot, el dios de la sabiduría, que lo transformó en un guerrero excepcional. Al llegar a la mayoría de edad luchó contra Seth para recuperar el trono de su padre, asesinado por aquél. Horus fue dios de todo Egipto, mientras que Seth era dios del desierto y de los pueblos extranjeros. Este mito representa la lucha entre la fertilidad del valle del Nilo (Osiris) y la aridez del desierto (Seth). Como dios solar, Horus defiende la barca de Ra, con la ayuda de Seth, contra la gran serpiente Apep. Además es el protector de Osiris en el inframundo egipcio.
En la mitología griega, el poder del Sol era personificado en el dios Helios, hijo de dos titanes, Hiperión y Tea (que protegía la vista y dotaba al oro, la plata y las gemas de su brillo). Tenía dos hermanas, Selene, diosa de la Luna, y Eos, la aurora.
Helios era un joven de gran belleza, según el ideal griego, con una brillante aureola de sol, y todos los días recorría los cielos en su carro tirado por cuatro toros solares. Fue especialmente venerado en Rodas, donde le dedicaron el Coloso, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.
En la mitología romana Apolo era el dios del Sol. El culto a Apolo es antiquísimo y nació probablemente en el Asia Menor. En Grecia fue, después de Zeus, el dios más venerado: su poder se extendía a todas esferas de la naturaleza y de la vida humana, y aunque podía ejercer influencias nefastas, era por principio un dios protector.
Se consideraba que Apolo tenía dominio sobre las plagas, la luz, la curación, los colonos, la medicina, el tiro con arco, la poesía, las profecías, la danza, la razón, el intelectualismo, y era patrón defensor de rebaños y manadas. Apolo tenía un famoso oráculo en Creta y otros también notables en Clarus y Branchidae. Como dios de la curación religiosa, Apolo purificaba a aquellas personas culpables de asesinato u otros pecados graves. Entre los epítetos que se aplicaban a Apolo están Febo ("brillante") y Liceo ("luminoso"), en el contexto de dios del sol o de la luz.
Apolo era conocido como el jefe de las Musas y director de sus coro. Entre sus atributos se contaban: cisnes, lobos, delfines, arcos y flechas, una corona de laurel, la cítara (o lira) y el plectro. El trípode sacrificial es otro de sus atributos, representativo de sus poderes proféticos. Los Juegos Píticos se celebraban en su honor cada cuatro años en Delfos. El culto a Apolo fue introducido en Roma, seguramente en época de los Reyes, a través de los griegos de Cumas. Tenía su templo en el Campo de Marte.
Otras culturas:
El dios del sol para los muicas es Xué, que fue creado junto con las estrellas, por el gran Chiminigagua, el dios del que fue parido el todo. El dios Xué es también hermano de Chía, la luna. Xué en algun momento llegó a la tierra para promulgar la moral y a enseñar artes.
En el panteón religioso azteca, el Sol era considerado una deidad muy importante y debido a sus creencias, se solían hacer sacrificios humanos, para entregar su "soplo divino" al sol Tonatiuh y mantenerlo vivo.
La cultura inca, asentada en lo que hoy es el Perú, Ecuador, Bolivia, parte de Chile y Argentina tenía como deidad al Dios Sol llamado Inti. El emperador, era considerado hijo de Inti. Considerado por las dinastías incaicas como el Sumo Hacedor. Con la llegada de los españoles, y la religión católica en el siglo XVI, los súbditos del imperio inca dejaron de adorarlo. La esposa de Inti, Quilla, era la Luna, diosa de la mujer y de los quehaceres femeninos.
En la simbología cristiana se identifica a Cristo con Helios y al círculo con la eternidad.
El Sol y la Luna simbolizan el oro y la plata, rey y reina, alma y cuerpo.
El Sol y la Luna en la crucifixión simbolizan las dos naturalezas de Cristo.
El Sol es la morada del arcángel Miguel. La luna es la morada del arcángel Gabriel.
Amateratsu es la diosa del Sol en el Sintoísmo y antepasada de la Familia Imperial de Japón según dicha religión.