Ahora que vivimos cada vez más alejados de la naturaleza, en ciudades inmensas en muchos casos, ver animales que no sean perros o gatos en las tiendas es toda una sorpresa. Esta mini recopilación, sin embargo, es de animales particularmente extraños, bonitos, en general kawaii (que tiene un significado mucho más extenso que cute, mono o cuco)
Las mariposas son de los pocos insectos bonitos para el común de los mortales, aunque aún recuerdo el asco y horror de descubrir de pequeña que además de alas preciosas, aquello eran bichos en toda la extensión de la palabra, todos feos e incluso peludos.
Aún así, es imposible no caer en el embrujo de su aleteo multicolor, y me encantaría ver un ejemplar de esta preciosa mariposa de cristal. Estas mariposas de alas transparentes habitan en Méjico, y utilizan su falta de colorido para pasar desapercibidas cuando se posan en las flores.
El axolote es también originario de Méjico, y es un anfibio que parece un renacuajo gigante, con una súper cabeza de ojos sin párpados y lengua retráctil. Tiene cuatro dedos en las patas delanteras y cinco en las traseras. Además tiene una cara extra-simpática, que me recuerda a aquella especie de rana que poblaba todos los estuches y mochilas de las niñas más guays en mi clase, cuando tenía unos diez años (creo que fue uno de los primeros ejemplos de personajes kawaii en mi vida, aunque aún no lo supiera). Bien mirado, también se da un aire a Stitch, ¿no?
El pulpo dumbo es absolutamente adorable, es muy pequeño, sólo mide veinte centímetros, y vive en las profundidades marinas. Recibe su nombre por tener dos protuberancias en la parte superior del cuerpo, que se parecen a las orejas del entrañable personaje de Disney.
Por otra parte, a mí también me recuerda al pulpito rosa amigo de Nemo, y hay quien dice que es el que le puso cara a Picachu.
Por último, no he podido resistirme a incluir esta foto de un conejo gigante, perteneciente a la especia del gigante de Flandes, porque cuando la vi no pude reprimir una carcajada. A pesar de su enorme tamaño, el conejillo se las apaña para no resultar aterrador ni feo, lo cual tiene mucho mérito. Esta especie no es natural, se ha obtenido de modo artificial por criadores, y es muy apreciada por su carne, y por su pelo que se utiliza también para confeccionar sombreros de fieltro.
Creo que la fascinación por las especies raras, compartida por un gran número de personas, debe venir de la infancia, cuando leíamos esos libros de aventuras, y nos imaginábamos exploradores, y teníamos la ilusión de descubrir algún animal que nadie había visto antes. De niño parece que en cualquier momento te puedes montar en un globo, que llevado por una mala corriente de aire va a aparecer en algún continente perdido donde vivían tribus ya desaparecidas, habitado por animales estrambóticos y por supuesto amistosos.
Podéis ver más fotos o más información de estos y otros animalillos en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario