martes, 17 de mayo de 2011

Leyendo "Making money" de Terry Pratchett



Estoy disfrutando como una enana de “Making money”, el libro número 36 de la serie del MundoDisco, publicado en 2007 en el Reino Unido, y aún pendiente de traducción al castellano.
Cuando descubrí a Pratchett me costó un poco acostumbrarme a su estilo, para mí es uno de esos escritores a los que aprecias cada vez más, y normalmente la fascinación absoluta llega con el segundo o tercer libro suyo que lees. Aún así, hay muchos de sus libros que no he leído, y confieso que no acabo de cogerles el punto a los magos de la Universidad Invisible, aunque volveré a intentarlo.



Los libros que he devorado, con absoluta fruición, han sido todos los de la saga de las brujas, incluyendo los de Tiffany Aching (tengo pendiente el último “I shall wear midnight”, pero me da demasiada pena empezarlos sabiendo que no hay otro esperándome cuando termine).

Y ahora me he puesto con este, cuyo protagonista es Moist Von Lipwig, que se dio a conocer con “Going Postal” (de esta novela Sky 1 hizo una adaptación en forma de miniserie hace ahora aproximadamente un año).



En Making money, nos encontramos de nuevo con Moist, timador y caradura que de forma insospechada (y gracias a la intervención de Vetinari, el Patricio de la ciudad de Ankh-Morpork) se redime al aceptar el cargo de Jefe de la Oficina Postal, que pasa del caos más absoluto a ser la institución más respetada de la ciudad, y uno de sus negocios más florecientes.
Moist vive ahora una vida tranquila, cosa que su alma de truhán no lleva con paciencia, hasta que Lord Vetinari se cruza de nuevo en su camino para “ofrecerle” de forma muy disuasoria el cargo de Director General de la Casa Real de la Moneda de Ankh-Morpork, y del Banco de la ciudad. Y aquí empiezan los problemas y la diversión.



También conocemos a Gladys, el golem-secretaria de Moist, y una secundaria genial. Cuando aparecieron los golems, no tenían sexo, pero en algún momento parte de ellos, entre los que se incluye Gladys, decidieron que eran femeninos, y empezaron a usar vestidos y a actuar como señoritas, o lo que un golem entiende por señorita, ayudado por disparatados consejos y libros de etiqueta del año de Maricastaña.



Otra de mis favoritas es Topsy, que de alguna manera me recuerda a Tata Ogg, con su indecencia, su gusto por el licor y las canciones, y su buen ojo para las personas. Y por supuesto el villano, Cosmo Lavish, que intentará recuperar el banco a cualquier precio, y cuya característica principal es su obsesión con llegar a ser tan carismático como lord Vetinari, y ser capaz de ver las cosas desde su punto de vista, llegando a límites insospechados en su empeño.

Y lo mejor de todo son las carcajadas genuinas al leer frases geniales como:

“días después de aquella visión algunas de sus células de memoria seguían tratando de morir”
“Había llegado al punto en que estaba tan mojado que debía acercarse a la sequedad por el otro lado”
“La armadura le quedaba como un guante. Habría preferido que le quedara como un casco y una coraza”



¡Y todavía me quedan dos tercios para terminar!

1 comentario:

el hilo rosa dijo...

q ganas de leerlo! es q pratchett es DIOS!!!! (^___^) fascinante!