martes, 10 de mayo de 2011

Series para cuando estás enfermo



Las enfermedades, sobretodo las que te obligan a estar en casa reposando, inducen al aburrimiento. Tras un primer momento de gran malestar en que tienes que estar en cama, muchas veces viene un período de debilidad que se pasa en su mayor parte tirado en el sofá.
No puedes salir a la calle a causa del agotamiento, normalmente tampoco puedes leer mucho porque te entra dolor de cabeza. Ah, pero sí que puedes ver series, la tele da un poco de dolor de cabeza, pero se puede soportar.
Cuando estás enfermo no sirve cualquier serie, debe ser enganchante, que te deje con ganas de más, ¡porque una cosa de la que disponemos esos días es tiempo! También es bueno que sea ligera, entretenida, aunque de risa puede resultar demasiado cargante.
Creo que hay otro tipo de series que también pueden triunfar cuando no te encuentras bien, y son las tranquilas y amables, en las que coges cariño a los personajes, y te sientas en el sofá a ver qué pasa con sus vidas. ¡Cualquier cosa que te haga olvidar dónde estás realmente, y te introduzca en otras historias y otras vidas!



Estas son las series (para mí) ideales para unos días / semanas de baja:

10.              Friends



Friends es la serie que enamoró a varias generaciones cuando las series no vivían la época dorada actual. Divertida a rabiar, y también entrañable, nos alegraron las comidas durante años.

La temática:

Una sitcom en toda regla, cinco amigos de veintitantos viviendo en Nueva York, e intentando descubrir qué hacer con sus vidas. Lo que pasa es que son cinco amigos muy carismáticos, e increíblemente divertidos: Phoebe, extravagante como ella sola. Rachel, quizás la que más evoluciona en la serie, de niña pija e inútil a mujer madura y con éxito profesional. Mónica, siempre buscando la perfección, entre histrionismos. Chandler, el eterno gracioso. Joey, el ligón un poco simple. Y  mi favorito de todos los tiempos, Ross, el pardillo por excelencia.



Y claro, les acabas queriendo como si fueran tus colegas. Hay capítulos que no creo que pueda olvidar, como el del “bronceado” de Ross, los cuadros de las muñecas de Phoebe, el armadillo navideño, el baile del robot de Mónica y Ross… Si tienes la suerte de no haberla visto aún, merece la pena, aunque las primeras temporadas parezcan tan “noventeras” creo que no han perdido ni pizca de gracia. He de decir que si esta fuera una lista de series para cuando estás sano, Friends ocuparía un lugar bastante más alto en ella.



9.   Emma



Esta es una de series en las que parece que no pasa nada, y sin embargo no puedes esperar a ver el siguiente capítulo, y verte inmerso en ese mundo de otra época, lleno de inocencia y delicadeza.



La temática:

Mini serie de época, basada en la novela homónima de Jane Austen, se ve muy rápido, parece intrascendente, pero te deja con una gran sensación de añoranza cuando termina, como todas las buenas historias. Emma es una joven divertida y caprichosa, que vive pacíficamente con su padre, hipocondríaco donde los haya, y se entretiene en ejercer de casamentera, hasta que sucede algo que sacude su pequeño mundo y su seguridad en sí misma.



8.   Heroes (Primera temporada)



Héroes empezó muy bien. Con un toque comiquero, muchas historias que se entremezclan y un montón de personajes carismáticos con poderes muy chulos. ¡Mucha diversión y grandes dosis de intriga intentando averiguar qué va a pasar!



La temática:

La premisa de la serie es la de te puede pasar a ti; una serie de personas, de lo más dispares, descubre que tiene diferentes poderes sobrenaturales, y asistimos fascinados a sus reacciones, sus intentos infructuosos por controlar dichos poderes, y sus encuentros. Por supuesto hay malo malísimo, Sylar, que en esta primera temporada da hasta miedo, y conspiraciones con secreto, como la de La compañía.
Por desgracia la serie no supo seguir más allá, pero esta temporada es genial.



7.   True Blood



En la nueva oleada de furor vampírico, creo que es lo único que se salva. Yo ya era fan incondicional de Buffy cuando la descubrí (le daba el relevo a Friends las tardes de verano en Canal +, ¿Por qué será que las series de vampíricos son de verano?), así que siempre estuve bien predispuesta hacia este tema, pero desde entonces esta serie es lo único que ha llamado mi atención.



La temática:

Los vampiros han salido a la luz, y luchan por convivir con los humanos en igualdad de condiciones (al menos, la mayoría), mientras se alimentan de Tru Blood, sangre sintética, para hacer posible la convivencia. Al pueblo sureño de Sookie Stackhouse llega el primer vampiro, y con su aparición se entremezcla este pueblo de supuestos paletos con los sofisticados vampiros. Luego, claro, nada es lo que parece, y los paletos son mucho más de lo que creíamos, los vampiros no son tan buenos como los pintan, y aparecen más criaturas sobrenaturales…
Esta serie tiene momentos más flojos, sobre todo cuando se centran en el amor un tanto ñoño de Sookie y Bill, y en general en Sookie (poco a poco se está transformando, a mis ojos, en una nueva Meredith Grey, esperemos que como esta resurja de sus cenizas). Pero en general está llena de acción, de fantasía, y de tramas intrigantes, de momento hemos visto tres temporadas, y este verano estrenan la cuarta.



6.   Firefly



Firefly es una serie de Joss Whedon, con todo lo que eso implica: entretenimiento a raudales, una heroína extraña y carismática, unas cuantas risas, personajes intrigantes con un secreto, y giros inesperados del guión.



La temática:

Está ambientada 500 años en el futuro, y es una combinación de western y ciencia ficción. Nos narra la historia de Mal y su tripulación, que con sus ropas vaqueras y sus revólveres, recorren diversos planetas a bordo de su nave espacial Serenity, realizando transportes a veces legales y otra no tanto. En este futuro steampunk se mezcla la tecnología espacial con las botas de cowboys sin el menor pudor. Y el personaje intrigante, a la par que inspirado en Kitty Pryde ( o eso me parece a mí ) es River. Por desgracia la serie fue cancelada por la Fox después de haber emitido tan sólo 11 capítulos, desordenados para más inri, así que nos quedamos con muchas preguntas sin respuesta. Para satisfacer a los fans, se rodó después Serenity, la película, que sin embargo pierde un poco en comparación con la serie.



5.   Anatomía de Grey (Primera y segunda temporada)



Aunque es una serie “de médicos”, en las dos primeras temporadas esto es más una excusa para desarrollar la trama y los personajes, es muy divertida, sin dejar de lado el drama y tiene momentos trepidantes, una gran combinación.



La temática:

Parecía un remake de Urgencias, otra serie de médicos más (que por otra parte, a mí me encantan), pero nos sorprendió por estar llena de situaciones cómicas, que aligeraban en gran medida el drama principal, y por tener grandes capítulos llenos de acción. Los personajes son muy interesantes, tiene momentos extremadamente divertidos, y aún así consigue conmovernos con otras historias. Izzy y George son impagables, y Cristina tan extraña que no puedes evitar adorarla, incluso Meredith es divertida, para nada la quejica suprema en que se convertirá. Luego siguieron las temporadas, y disminuyo el humor, quedando en una sombra de lo que fue. Estas dos temporadas merecen la pena, y mucho.



4.   Lost



La serie de “enganche” por antonomasia, la que generó más expectación, y nos dejó más al filo del sofá, a punto de saltar, en algunos de los mejores finales de temporada.



La temática:

Parece aburridísima, la verdad. Un accidente de avión en una isla desierta, y cómo se las apañan para seguir vivos los supervivientes.
Ah, pero hay mucho  más, la Isla no es cualquier isla, guarda secretos, humo negro, Dharma, los Otros, osos polares, los números, la francesa, el mensaje de radio que se repite, Jacob, la constante, la variable, los videos de la iniciativa Dharma...
Y los supervivientes tampoco son cualquiera, Jack, Kate y Sawyer, Sayid, Locke, Charlie, Hugo, Desmond! Y esas incorporaciones de la isla, lideradas por el grandísimo Ben Linus! Personajes siempre con una historia apasionante detrás, y cada vez más cosas en común.
Es cierto que el final no es digno de lo que nos prometieron, pero aún así, sus seis temporadas son muchas horas del mejor entretenimiento.



3.   Downton Abbey



Una serie de calidad, propia de la HBO, pero producida por ITV con  fina ironía británica, y grandísimos actores.



La temática:

A comienzos del siglo XX, se nos relata el día a día de una familia inglesa de rancio abolengo, así como el de  su servicio doméstico, mientras soplan aires de cambio en Gran Bretaña. De momento sólo hemos podido ver su primera temporada, de seis capítulos, pero tras el éxito arrollador que ha tenido, están ya rodando la segunda temporada. El creador de la serie es Julian Fellowes , que mucho conocíamos como guionista de Gosford Park, película excelente con algunos puntos en común con la serie. Podemos disfrutar en pantalla de la grandísima Maggie Smith, y descubrimos las variopintas reacciones que se producen ante inventos modernos como la electricidad y el teléfono. Tenemos momentos cómicos impagables, pero en general la serie es apasionante, y no puedes evitar preguntarte qué va a pasar con todos estos personajes, tan complejos y humanos.
Y por supuesto, la fotografía, los paisajes, el vestuario… están tan cuidados que son una alegría para la vista.



2.   Misfits



Divertida y gamberra, la version british y políticamente incorrecta de Heroes.

La temática:

Cinco adolescentes problemáticos obligados a cumplir servicios a la comunidad reciben extraños poderes al ser alcanzados por un rayo en una extraña tormenta. Empiezan los problemas de verdad. Misfits es muy divertida, muy fresca, consta de dos temporadas, la primera de seis capítulos y la segunda de siete, en las que vas descubriendo un poco más de cada personaje, el caradura de Nathan, las chicas, ambas mucho más de lo que aparentan, Curtis con uno de los poderes más chulos, y por supuesto Simon, ese personaje especial.



Hay que verla porque es original,  por su humor un punto grosero, por sus personajes, las salidas de tono, y, por supuesto, en versión original, como todas las series británicas.




1.   Battlestar Galáctica (2004).



La serie más adictiva que he tenido el placer de ver, hasta ahora.

La temática:

Existen varios planetas en los que la tecnología está muy avanzada, y los rebeldes cylons, robots con aspecto humano, los atacan destruyendo la vida en ellos, a excepción de aquellos que viajan a bordo de algunas naves espaciales, siendo la principal la Battlestar Galáctica, en la que se encuentra un cuerpo militar así como pasajeros civiles. Empieza así una nueva guerra entre humanos y cylons, al tiempo que una búsqueda desesperada de un planeta en el que establecerse.



La clave de esta historia son sin duda sus personajes, carismáticos hasta decir basta, que hacen que ames hasta la muerte al capitán Adama, y a Kara Thrace, que sufras con la Presidenta, y que odies hasta la muerte (en algunas ocasiones) a Gaius Baltar y a los cylons, hasta que, por supuesto, empiezas a ver su punto de vista, y a quererlos a ellos también. Son cuatro temporadas trepidantes, llenas de misterios, vueltas de tuerca, grandes momentos dramáticos, y por desgracia, un final que te deja un gran vacío, al menos en mi caso dicho vacío duró varios meses.


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